Notas de la Agencia Paco Urondo

Pasar al contenido principal DDHH //// 06.03.2011 Seguridad en la Villa Carlos Gardel: nos estamos poniendo heavys Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Por Victoria Palacios Los muros son sociales El trabajo de las promotoras comunitarias del Centro de Orientación Comunitaria de la U.G.C N°3 del Palomar empezó con la creación de espacios de participación. Nos cuenta Alicia que desde la gestión municipal la preocupación es romper con las barreras sociales de adentro y de afuera del barrio. Ese fue el marco ideológico que dio empuje al proyecto de urbanización. Primero se construyeron las calles, se intentó continuar las calles desde Palomar hacia La Gardel, manteniendo los nombres y la altura, como una forma de apertura del barrio hacia fuera, desde ahí se empezó a trabajar con el consejo vecinal, sobre todo con el grupo de periferia del barrio, se intentó hacerles comprender a los vecinos, más allá de que es un bien para otros seres humanos, que siendo mezquinos se perjudicaban ellos, porque su casa se iba a valorizar, así como se iba a mejorar la calidad de vida de todos, ya que no iban a tener más una villa al lado, sino un barrio hermoso, así como otros problemas del orden de la salud física y psicológica. Incluso se iba a dar solución a los problemas del orden de la seguridad, abriendo calles, haciendo visibles cada uno de los domicilios con su calle y su número, sea hace permeable el barrio y no un lugar para que vengan y se escondan malvivientes, como dicen ellos, replica Alicia. ¿Qué recursos pusieron en práctica para romper con estos estigmas? Un poco laburando con esto empezaron a bajar los decibeles, pero con el trabajo que uno va haciendo de años, se va dando cuenta que las barreras también son internas. Por ejemplo, cuando hicimos el jardín infantil, lo sacamos de los monoblock, pensando en la apertura barrial para que a la guardería jardín puedan acceder chicos de afuera, y lo hicimos en Marconi, enfrente, y muchos vecinos se quejaban de que ahora hay chicos de afuera en los barrios y ocupan los espacios. Es difícil trabajar entre los vecinos gardelianos que los muros son sociales y que está bueno derribarlos. Con esa visión también se hizo el centro de atención primaria sobre la avenida Marconi para que tengan acceso los vecinos cercanos y de hecho creció la cantidad de personas que también se atienden de afuera. De a poco, del trabajo sostenido de años se van derribando los barreras, pero como te digo no es solamente de afuera hacia dentro. Y...la policía no ayuda… Cuando los adolescentes salen del barrio, los policías les dicen que tienen que volver a su barrio. Pasó mucho con la policía de Tres de Febrero. Cuando los chicos están en alguna plaza son bajados automáticamente y les dicen que vuelvan a su barrio. Esto molesta, ¿no es cierto?, por un lado todo el trabajo de desarrollo social, abriendo los muros, y por el otro, la represión de la policía. ¿Acá los operativos son de la policía o de la gendarmería? Hay todo tipo de operativos, de todo tipo de regionales y de todo tipo de fuerza. Hace poquito, venía por pampa, veo de este lado, oficiales de policía, estaban parados en la entrada del barrio, en Murillo, entonces quise entrar por Neuquén, y estaban los gendarmes, bueno dije, estoy en el horno, no sé si voy a poder entrar a trabajar. Después mis compañeros me contaron que en todas las entradas del barrio había patrulleros. ¿Es cierto esto que se escucha en distintos ámbitos que a veces es la misma gente del barrio la que pide seguridad? Y a veces se escucha a algún vecino, pero hoy la seguridad es la inseguridad. ¿En qué consisten los últimos operativos? A veces tipo razia, pero otras muchas veces vienen con orden judicial, de la fiscalía. ¿Entran a cualquier casa? Empiezan a barrer, incluso han pegado a la gente que no tiene documentos. ¿A los chicos también? Sí…Hay muchos chicos que están traumado a veces son tan violentas las entradas de la policía en las casas, que después cada vez que hay un allanamiento los chicos se hacen pis en la cama, lloran, no quieren salir. Además como muchas veces en lugar de ir al lugar indicado, van al vecino cuando entran no golpean la puerta, tiran la puerta, y después quedan los destrozos. Agarran y pegan, no se fijan en la edad, ni en el género. Esto mismo nos cuentan distintos vecinos del barrio. Ni la policía, ni la gendarmería respetan a los vecinos, maltratan incluso a los niños, una nena de 9 años, tiene marcada en la pierna la bota de un gendarme. Todas las familias están aterradas, no saben a quién dirigirse para hacer respetar sus derechos. Más allá de que valorizan el proyecto de urbanización, entienden que la violencia instaurada en la villa en la década de los 90’ es responsabilidad de la policía, y saben que los métodos son otros. ¡Bajen las armas! Aquí sólo hay pibes leyendo… Frente a esta política violenta de seguridad en el barrio, colectivos sociales y culturales y asociaciones civiles de derechos humanos proponen otras prácticas que revalorizan vínculos sociales, experiencias estéticas, formas de construcción de la memoria colectiva y de la historia del barrio. Esta separación entre el trabajo constante de los distintos grupos por revalorizar su espacio de pertenencia y la violencia de los agentes de seguridad retrasa y perturba las posibilidades de transformación que recién en estos últimos años parecían vislumbrarse. ¿Nazarena los vecinos del barrio le tienen miedo a la policía? Hubo una época que querían que se hagan paredones, esto es algo parecido, pero en lugar de haber paredones, está la gendarmería. Y la verdad es que eso no va a cambiar. No va a ver menos delincuencia por eso. Un día tuvimos una imagen terrible, estábamos saliendo del jardín de infantes, y estaban los gendarmes en fila con las armas. Entonces yo le dije, ¿ya los vienen a custodiar? Los chicos ya le tienen miedo. Lo que para la gente de afuera es la seguridad para nosotros es la inseguridad. A veces entran los patrulleros a toda velocidad, y acá los chicos juegan a la pelota en la calle, o andan en bicicleta. Una vez salimos todos los vecinos a la vereda a pararlos, ¿y saben lo que nos contestó la policía?, que había que matarlos desde chiquitos a todos estos. Estoy aterrada de que empiecen a los tiros, porque a ellos no les importa si son las 5 de la tarde y los pibes están saliendo de la escuela. Me da miedo de que empiecen con su cacería. Porque eso parece. Y eso es lo que está haciendo la gendarmería hoy en día. Paran todo desde Pedriel hasta Marconi. Y paran a todos. A los chicos les hacen dar vuelta la mochila, que tiren la carpeta. Revisan a las mujeres embarazadas y a los que van a trabajar. Y eso genera más resentimiento con la policía. Nadie habla de prevención. ¿Qué solución proponen para los chicos de 14 años para que no salgan a robar? Se necesitan otras opciones. Ayer nomás El martes 1 de marzo, en la comisaría 6ta. de Palomar se quemó un preso. En este momento está en el Hospital del quemado por gestión de la Asociación Civil de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales y el Comité contra la tortura. Se pide explicación al Ministro Casal sobre el operativo. Ya que por acción u omisión la Policía es responsable. (Agencia Paco Urondo) Facebook Twitter WhatsApp Telegram Compartir Facebook Twitter WhatsApp Telegram Compartir Colectivo de Comunicación Paco Urondo 2005-2020 Para comunicarte con la redacción de APU escribinos a agenciapacourondo@gmail.com Suscribirse Email Address * Los contenidos de este sitio están sujetos a una licencia Creative Commons Diseño y desarrollo > gcoop. Cooperativa de Software Libre

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